Distribuya los carbohidratos a lo largo del día.

Consuma una pequeña porción de carbohidratos en cada una de las comidas, pero no demasiados de una sola vez. Éstos pueden encontrarse en el azúcar, los panes y cereales, las frutas, en los vegetales con almidones, como las papas y el maíz, y en la leche y el yogur.